Escola de baile Chachachá_otravueltadetuerca arquitectura

autor_otravueltadetuerca arquitectura [Olalla Soage Alonso]
situación_rúa Atranco nº 2, baixo. Cangas
ano_2010-2011
premios
_premio GranDeArea de aportación á Arquitectura 2010.

Nun contexto económico como o actual, onde escasean ás iniciativas por falta de recursos e as que van adiante non están sobradas, ter boas ideas non basta. Para que un proxecto arquitectónico marque a diferencia debe nacer da combinación dunha gran idea e poucos cartos. Sen dúbida, este é un valor engadido respecto a proxectos de presupostos elevados onde a cuestión económica non é parte do proceso. 

A escola de baile Chachachá é un gran exemplo desta situación, unha obra onde os materiais que a construíron teñen máis que ver coa ilusión, ganas e grandes propósitos de dúas xóvenes emprendedoras [a promotora e a arquitecta] que co cemento e o ladrillo.  É moi satisfactorio comprobar como as ideas gañan ó materializarse, como efectivamente dende o exterior ves fragmentos do que pasa dentro sen restar privacidade ós alumnos, e como todo ese "collage" de ocos a distintas alturas e tamaños, fotogramas da película que se está rodando no interior, insinúa movemento, o movemento do baile...


Noraboa a todos os que dalgunha maneira estiveron implicados no proxecto, e moita sorte os que seguen estando. 

A continuación, a propia autora, Olalla Soage, explícanos realmente ben de onde naceron eses ocos característicos da fachada e demais decisións que moldearon o resultado final:

"Recién inaugurada la nueva oficina en agosto del año pasado (más de cuatro años colaborando con otro arquitecto en Vigo y a los que la crisis puso fin esa misma primavera del 2010… había que replantearse la situación, nace entonces otravueltadetuerca arquitectura, en mala época…pero con muchas ganas), recibo el encargo de mi amiga Marta, quería montar una escuela de baile…sonaba bien!

Tenía un local en mente, alargado, bajito y pequeño para una escuela de baile, con poco más de 120 m², en una calle no muy transitada de Cangas y no contaba con mucho presupuesto…pero estaba cargada de buenas intenciones!

El último negocio que se había desarrollado en ese local había sido una tienda-taller de artículos de audio y tuning para automóviles, del que nada podíamos aprovechar para la nueva escuela.

Fachada rúa Atranco 

Fachada paso lateral

En la primera visita me encuentro con un bajo de forma alargada, con tres fachadas a espacio exterior, (una principal a la calle Atranco, otra, la de mayor longitud, a una zona de paso lateral y otra trasera de menor importancia). Las necesidades que me propone Marta para le escuela eran dos salas de baile, zona de recepción, dos vestuarios y un aseo. Había que aprovechar la superficie al máximo para poder encajar el programa, tratándose de un local tan alargado lo mejor era plantear el acceso por la fachada lateral quedando así la zona de recepción en medio de ambas salas, y las tres estacias por lo tanto en contacto con las fachadas, dejando las zonas más secundarias (aseo y vestuarios) para la zona de la planta con geometría más complicada y sin contacto con el exterior.

Ambas salas de baile tenían contacto con el exterior, aquí el dilema de cómo comunicarse con él. Había que huír de huecos grandes en los que se acabaría colocando un vinilo translúcido para que los alumnos no se sintiesen observados, y tampoco podíamos privar a la escuela de luz natural teniendo tanta fachada, era fundamental evitar una sensación hermética del edificio al exterior, el viandante tenía que saber lo que pasaba dentro pero el alumno tenía que estar cómodo.

Nos olvidamos de los huecos existentes y se empieza  perforar nuevamente la fachada, pero no buscando una composición caprichosa de huecos,  sino que permita el control de las vistas tanto desde el exterior hacia el interior, como al revés, y al mismo tiempo supone una correcta iluminación y ventilación de los espacios interiores.

Cuando alguien recibe clases de baile, lo más interesante es poder ver el movimiento de los pies de los alumnos, esa es la premisa con la que se han proyectado los pequeños huecos a ras de suelo, permiten al viandante conocer lo que pasa en el interior del edificio e interesarse por la actividad ahí desarrollada, pero impiden que los alumnos puedan sentirse incómodos, ya que no son tan conscientes de que les están mirando. Los pequeños huecos que se sitúan a alturas medias permiten a los usuarios del centro observar de una manera directa lo que sucede en el exterior, y los situados a las alturas mayores funcionan más como elementos meramente de iluminación y ventilación.

Se consigue que la vista desde el exterior sea entrecortada (igual que una conversación por el móvil sin mucha cobertura), vemos un trozo por aquí, otro por allá… a lo cual favorece también el desnivel existente entre la cota de la calle y el espacio interior.

Se enfatiza la sensación de hueco al ocultar las carpinterías hacia el interior, algunas son practicables, otras no, pero al exterior todas las perforaciones funcionan como pequeños escaparates de la actividad ahí desarrollada, excepto la puerta de entrada, a la que las chapas microperforadas por ambas partes la vuelven más opaca y la diferencian del resto de huecos.  Desde dentro también se pretende resaltar el hueco, así toda la envolvente interior se pinta de un gris extremadamente oscuro que contrasta con la luz del exterior.

El interior de las salas presentan un aspecto neutro e industrial: pavimento contínuo de resinas, paneles de Heraklith como acabado del falso techo acústico, regletas de luminarias fluorescentes colocadas aleatoriamente…(el presupuesto era bajo, había que agudizar el ingenio… ). La zona de recepción se separa de las zonas más privadas mediante una mampara microperforada y se resuelve también con un pavimento contínuo de un color muy intenso (el mismo que la imagen corporativa de la escuela), que se extiende también a las escaleras que nos reciben en el exterior.

Chachachá está por fin terminada, sorprende a los viandantes, sienten de repente una gran curiosidad, se paran ante las ventanas y se quedan observando durante unos segundos cómo bailan sus alumnos!"